Ama a la montaña para correr bien por ella
Una de las mejores razones para comenzar a practicar un deporte es que te guste el entorno por el que vas a practicarlo. Valorar o querer un medio como la montaña no es difícil. Esta nos da un marco incomparable para transitar por él a cambio de nada. Correr por el monte porque está de moda puede ser una razón, sí, pero no su peso no es comparable a correr porque aprecias la montaña. Tener una base sólida de sentimiento y experiencia por y en la montaña es importante, quizás lo más importante para ser consciente que tu afición se fundamenta en algo muy sólido. Posiblemente todo trail runner debería comenzar por fomentar ese sentimiento.
Retírate a tiempo, la montaña siempre estará
Lo más para un corredor de montaña es ser capaz de ir escuchando a su cuerpo al tiempo que lo estira a zancadas por la naturaleza. Algo muy sencillo que todo el mundo puede hacer, ya sea andando, ‘al trote’, ‘al galope’, en entreno o en carrera. En esta última es donde más fácilmente puedes encontrar tu máximo y es que correr junto a cientos de personas es muy motivante, ‘el no va más’ para poner toda la carne en el asador y dar lo mejor que tienes. Pero ojo, si te has forzado más de la cuenta o tus sensaciones no son las que esperabas, baja el ritmo o déjalo para otra ocasión, la montaña siempre estará ahí, siempre habrá carreras.
Entrar en meta con una sonrisa de oreja a oreja bien merece la pena. ¿Recuerdas? Vivimos de las buenas sensaciones, de los buenos recuerdos, de lo que nos retroalimenta. Dejarte la piel en carrera está muy bien, pero siempre que entres en meta con dignidad, disfrutando y diciéndote a ti mismo: “Si quedaran dos kilómetros más no tendría ningún problema”.
Se paciente y conócete como corredor
Lo decía anteriormente, qué difícil es no dejarse llevar a la hora de ponerse el dorsal por primera vez, y más con el ‘boom’ de trail running que estamos viviendo hoy día. Si no eres capaz de aguantar la tentación soy de los que piensa que antes de debutar con un dorsal en el pecho e independientemente del objetivo que persigas, deberías ser capaz de aguantar corriendo al trote durante al menos una hora en terreno llano o bien poder estar durante un par de horas en la montaña andando en las subidas y trotando muy suave en los llanos y bajadas. Ser paciente en tu preparación y no tener prisa en competir ni en conseguir resultados es lo mejor que puedes hacer si comienzas en esto. Haz kilómetro, disfruta del proceso y ve descubriéndote tanto física como mentalmente. No cojas atajos para meterte en carrera, quizás pierdas el camino. Sé paciente, tú mismo sabrás cuando estás preparado.
Corre en grupo, es importante
Correr acompañado es tan o más importante que hacerlo sólo. Claro está que la soledad te aportará las máximas sensaciones que puedas experimentar a nivel espiritual -un amplio autoconocimiento personal y deportivo- pero aún así, nunca descartes la posibilidad de correr en grupo. Acompañar tu carrera con gente maja, con las mismas inquietudes y quizás más experimentada que tú siempre te dará mucho más de lo que puedas imaginar, y en el 99% de las ocasiones, cosas buenas. Vivencias, trucos, experiencias o motivación, todo se comparte corriendo en grupo. Sal unas veces sólo, otras en grupo, en la variedad está el secreto, al igual que con las cargas de tu entrenamiento.
Pasa tiempo en la montaña, písala
Si quieres empezar a correr por la montaña y convertirte en un mejor corredor de trails lo mejor es pasar tiempo en ellos. No lo dudes, sacrifica algún día de entrenamiento en ciudad para poder adelantar tus quehaceres diarios y poderte así escapar al monte entre semana. Añadir alguna sesión a las del finde te permitirá ir sumando a la hora de que tus piernas se vayan haciendo al medio. No nos equivoquemos, por más calidad pura que tenga un atleta, patear lo máximo que se pueda la montaña lo es todo. Un claro ejemplo lo tenemos en Kilian Jornet: además de criarse entre piedras, rocas y desniveles, la montaña es ‘su salón’ y la visita a diario. Está claro, él puede, pero seguro que tú también puedes sumar al menos tres días de siete en tu terreno preferido.
Comienza por trails sencillos y ve aumentando en desnivel y en grado de tecnicidad. Con el tiempo verás como secciones en las que andabas, ahora las trotas. Eso sí, ni se te ocurra comparar para nada lo que cunden los kilómetros en asfalto o en el parque de tu ciudad con la distancia que completas en montaña, no tiene nada que ver.
Último consejo: Espera a comprarte buen material
Quizás a bote pronto no parezca el mejor de los consejos. Todo el mundo sugiere que te equipes bien y debidamente si vas a correr por la montaña, pero ¿y si a los pocos días no era lo que pensabas y lo dejas de lado? El fundamento de este consejo es no caer en el consumismo y en las falsas motivaciones: En un principio equípate con lo básico, ya tendrás tiempo de ir rizando el rizo en material a medida que vayas sintiendo que te estás haciendo un ‘fanatik’ del trail running.
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